-¡Tanto tiempo sin verte!
Cada día estás peor, suerte que nunca logro soñar contigo de nuevo.
-¡Lo sé! ¡Déjame abrazarte, por favor!
Es simplemente un gesto, los abrazos no me repugnan tanto ya, aunque contigo, el asco está presente.
-¡Por supuesto, querida! ¡Extrañé tanto estar contigo!
Si hay algo que no extrañé es precisamente esto.
-¿Cómo estás, tanto tiempo? ¿Qué fue de tu vida?
Como si me importara, bien podrías haber muerto y no me importaría.
-¡Todo va de maravilla! Mi trabajo, mi esposa, mis hijos, ¡todo!
Supongo que ya te habrás dado cuenta que desde que te fuiste, todo ha ido para bien, ¿verdad?
-¡Me alegra tanto oír eso!
Más me alegraría saber que estás pagando por todo lo que me hiciste. Ay, cuándo te hará pagar el destino.
-¿Y a ti, cómo te esta yendo?
Ja, seguro tu vida es asquerosamente patética como de costumbre.
-¡De maravilla también! Me compré una nueva casa hace un mes y mi esposo y yo recién hemos vuelto de nuestra luna de miel.
¿Ves que puedo existir sin ti? De hecho, el éxito en mi vida llega a existir sólo en tu ausencia.
-Me alegro tanto, ¡de veras!
No te creo, ¿cómo puedes ser feliz después de haberte casado con ese imbécil?
-¡Extrañaba tanto verte!
Estúpida, estúpida, estúpida, ¿cómo voy a decir eso? ¿Qué hago ahora si se lo toma tan en serio como yo lo dije?
-Si, también yo.
Estúpido juego en el que me estoy metiendo…
-Sabes… nadie podría tomar tu lugar.
¡Muy bien! Ahora ya arruinaste todo.
-¿Lo dices en serio?
Cree que puede tomarme por idiota, ver si caigo en sus tontas trampas.
-Por supuesto.
Estoy perdida, ¿qué se supone que estoy haciendo?
-¿Puedo…? ¿Podría…?
¿Cómo voy a hacer esto? No quiero volver a quedar atrapado en ella. Ella sigue siendo tal cual la recuerdo. Tan increíblemente cautivadora.
-¿Si puedes qué?
¿Por qué se acerca de esa manera a mi? No voy a caer en sus juegos de nuevo. Es una criatura tan detestable cuando se lo propone.
-Nada, olvídalo.
Terminemos con esto de una vez, no voy a ponerme en riesgo sólo para una prueba.
-Eres un idiota, tan estúpido como siempre. Nunca crecerás, ¿verdad?
Nunca crecerá pero aun así logre enamorarme de él y no poder olvidarlo.
-Y tú tan tonta como te recuerdo. ¿Quién te crees que eres para decirme inmaduro a mí? Siempre fuiste una chiquilina…
Una chiquilina encantadora, ¿cómo pude alejarme de ti?
-Vete al diablo. Sabía que era un error volver a verte. A ti y a tu estúpida e incorregible actitud.
Claro que fue un error, ahora no voy a poder dejar de pensar en ti.
-Tú vete al diablo, chiquilla tonta, nunca entiendes nada.
Y aun así te quiero. ¿Cómo puedes no darte cuenta de cuánto te quiero?
-¿Por qué no simplemente te mueres?
Sabes que no deseo eso. Sabes que quisiera que vivieras y además, que estuvieras conmigo. No puedo olvidarte. Nunca pude.
-¿Ves? Todavía queriendo ofenderme con idioteces. No tienes caso.
Ojalá nunca cambies, amo cuando haces esta clase de berrinches. Pero odio cuando después de ellos, te alejas de mí.
-Muérete, me marcho.
Otra vez caminando lejos de ti, alejándome del lugar donde quiero estar.
-Púdrete. Ojala nunca volviese a verte.
Sabes que te amo, ¿no es así? No sé por qué siempre nos comportamos como dos idiotas.
domingo, 18 de octubre de 2009
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Sin palabras........
ResponderEliminarSimplemente increíble, me sentí un poco identificado
Será que por eso me gustó tanto?